El remoteless podcast, todo lo que nuestro cerebro necesita
No es un concepto nuevo, pero aún es un gran desconocido
Del concepto de remoteless podcast, como concepto en sí, es algo de lo que ya habíamos hablado en 2016, pero parece que seguimos un poco perdidos o que quizá el mercado del podcast aún no evolucionado lo suficiente.
La evolución en consumo de audio
No es difícil intuir que el podcast es algo así como la evolución de la radio. La diferencia principal con el medio tradicional es la falta de inmediatez, pero esto también nos ha aportado una gran bondad: podemos escuchar lo que queremos cuando queremos. Siendo un medio digital también hemos obtenido otras ventajas interesantes, como una serie de controles para avanzar y retroceder el contenido todo lo que queramos. Esto ha servido a algunos podcasters como justificación para hacer contenidos poco atractivos y a veces poco entendibles. Se sostienen sobre la promesa de que si alguien no entiende algo, con los controles, puede retroceder y volver a escucharlo. Sin embargo, el hecho de que ahora tengamos esa ventaja sobre la radio no nos exime de la responsabilidad de hacer contenidos que sean cómodos para nuestros escuchantes. Principalmente por dos razones:
1. Les estamos pidiendo demasiado
De acuerdo, ahora, con los contenidos a la carta, hemos ganado libertad en el consumo de audio: no más límites geográficos, no más horarios. Lo que quiero y cuando lo quiero. Ahora tenemos un gran poder, nosotros hacemos nuestra propia programación. Pero como decía la frase, una gran poder conlleva una gran responsabilidad. Desde que hemos despedido al DJ de la radio somos nosotros los que tenemos que seleccionar nuestros propios contenidos y eso a menudo lleva tiempo y esfuerzo.
Parece que es una tontería pero algunos estudios indican que pasamos unos siete minutos al día eligiendo contenidos a la carta. Porque claro, no es solo el podcast. También está Spotify, Netflix y todas las plataformas de contenidos a la carta de los que disponemos hoy. Y a veces estamos tan agotados mentalmente que echamos de menos aquellos tiempos en los que solo había que apretar un botón y conformarse con lo que daban en la tele o en la radio.
Lo peor es que ahora, acostumbrados a lo bueno, tampoco podríamos volver a esos tiempos. Con lo que entramos en bucle, a través de la paradoja de la elección, en la que cuantas más opciones tenemos, más difícil nos resulta elegir. Y como digo, esto sucede a la hora de ver la tele, escuchar música, elegir un audiolibro o escuchar un podcast. Y lo hacemos todos los días. Todos los días nos enfrentamos a la paradoja de la elección, todos los días perdemos una media de siete minutos.
Y cuando por fin el usuario llega a tu podcast lo último que le apetece es tener que volver a tocar los botones. Pero nosotros hacemos justo lo contrario:
- Le ofrecemos un mazacote, más muchas veces, de más de sesenta minutos, con lo que tiene que acelerar la velocidad a 1,5x-2x para poder cuadrarlo en su escaso tiempo disponible. Una pista, si el escuchante escucha el podcast a 2x tal vez debería durar la mitad para que pueda escucharlo a velocidad normal…
- Iniciamos el podcast con una larguísima introducción, publicidad incluida, con lo que nuestro escuchante tiene que pulsar el avance de 30 segundos segundos varias veces hasta llegar al meollo del asunto
- Le ofrecemos un tostón de contenido hablando de forma monótona a una sola voz, sin parar, sin pausas, sin indicativos, con lo que nuestro escuchante tiene que avanzar para ir a la siguiente idea o retroceder porque no lo ha escuchado
- A veces ni siquiera nos molestamos en repetir las cosas, de modo que si nuestro escuchante no lo ha entendido tiene que retroceder para volver a escucharlo
- Finalmente, nuestro escuchante tendrá que pulsar el botón de pausa porque no le ha dado tiempo a escuchar el episodio entero (¿quién tiene sesenta minutos sin interrupciones hoy en día?). Y cuando vuelva, si es que vuelve, tendrá que retroceder unos minutos para recordar por dónde iba.
¿Acaso no le estamos pidiendo demasiado a nuestro escuchante?
2. El podcast no es un acto cotidiano, sino una experiencia
La llegada del cine a principios del siglo XX se hizo posible porque se desarrolló una tecnología capaz de almacenar imágenes. Y el cine, como el podcast, al ser un contenido almacenado, también tenía la posibilidad de retroceder o de avanzar.
Sin embargo, no conocemos a nadie que se dedique a tocar los mandos mientras ve una película. La experiencia del cine, ya sea en una sala de proyecciones o en casa, trata de pulsar un botón y dejarnos llevar por la historia. Lo importante en el cine no es la tecnología, ni los mandos, sino el contenido. Y los guionistas trabajan duro para que así sea, hacen lo posible para darle a nuestro cerebro lo que necesita en cada momento. De ahí que una película esté dividida en tres actos, tenga puntos de tensión y un largo ecétera. Es decir, una historia contada en formato audiovisual tiene un conjunto de elementos invisibles que nos mantiene hipnotizados durante el tiempo que dura la obra.
Crea un remoteless podcast
Lo mismo ocurre en el teatro, lo mismo en televisión, lo mismo en la ficción sonora. No se trata de un acto cualquiera, no se trata de pulsar los controles, sino de una experiencia en la que nos dejamos llevar. Con el podcast sucede exactamente lo mismo. Se trata de un contenido sonoro que tiene que estar diseñado de tal manera que solo tengamos que pulsar el botón play y podamos dejarnos llevar.
No lo llames remoteless podcast si no quieres, pero quédate con esta idea: Si el podcast está bien diseñado no tenemos por qué tocar los controles. Un podcast sin necesidad de controles. Aunque no lo sepamos, nos gustan los remoteless podcasts, es decir, los podcasts que le dan a tu cerebro lo que necesita en el momento justo que lo necesita.
Un remoteless podcast, un podcast bien diseñado, nos permite adentrarnos en la experiencia, dejarnos llevar por las voces de nuestros podcasters favoritos y nos permiten sentir sin interrupciones. Crear un buen diseño de podcast es incluso más importante que en el cine o en otras artes. Porque en el cine buscamos el tiempo para ver la película, sin posibilidad de hacer otra cosa, de ahí que vayamos pocas veces al cine. En cambio el podcast es la banda sonora paralela que sucede mientras hacemos otras cosas. Es la vida en sonidos.
Debemos ser cuidadosos, debemos calcular bien los tiempos, debemos crear contenidos emocionantes en cada minuto de producción. El diseño del remoteless podcast es algo que debemos tomarnos muy en serio para que nuestros escuchantes puedan disfrutarlo.
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