La escuela de sonido más importante para el podcasting, nos guste o no, es sido la radio y debemos sentirnos afortunados por ello. Y en la radio, como en el podcasting, una de las cosas más importantes desde el principio de los tiempos, es la elección de unos buenos auriculares. Hoy vemos los AKG K612 Pro.
En las radios españolas, grandes o pequeñas, tenían la misma marca y modelo de auriculares, unos AKG 141 Monitor. Lo curioso es que este modelo de auriculares no es precisamente el más barato, pero tampoco el mejor para llevarlos muchas horas puestos. No es la mejor elección, pero el modelo ha perdurado décadas en los estudios de todo el país. Algún día deberíamos hacer una investigación acerca de por qué en las radios españolas se han elegido algunos equipos que son poco indicados para su trabajo.
El caso es que por costumbre, cuando tuve que comprar unos auriculares, ni siquiera miré el mercado y me compré directamente los mismos AKG K141 Monitor, con las mismas características que cuando trabajaba en la radio. Supongo que era una manera de volver a ella, sin estar realmente. No eran malos, pero no cubrían la oreja completamente, sino que se apoyaban en ella, lo que me cansaba después de largas jornadas de producción de audio. De todas formas estuve mucho tiempo con ellos. Hice mucho trabajo con esos auriculares.
Un día, mientras estaba en Bloomington, surgió la ocasión de comprar unos auriculares, los que yo eligiese, por un buen precio. Me hubiera encantado comprar directamente los AKG K712 Pro, pero era demasiado dinero. Así que finalmente me decanté por los AKG K612 Pro.
Y cómo no, le hice un completo unboxing, con detalle.
Unboxing de los AKG K612 Pro
Lo primero que llama la atención de este modelo es que los auriculares son abiertos. Cuando digo abiertos significa que tanto el que los tiene puestos como el que no, oyen exactamente lo mismo, inclusive el monitoreo de los propios auriculares. ¿Unos auriculares abiertos de estudio? Bueno, puede ser una buena opción, pero depende de para quién.
Destacando la naturalidad
Lo primero que vemos es una caja robusta, aunque sin demasiados lujos. Deslizamos la tapa y encontramos la caja interior, completamente negra, con la inscripción: Expect and discover perfect. Imagino que hace referencia a la naturalidad del sonido. Pero eso lo veremos más adelante.
Embalaje austero
Los auriculares venían en una bolsa de vinilo, dentro de la caja, sin demasiados lujos, como digo, algo completamente comprensible por un precio tan bajo.
Sin conexión minicanon desmontable
Lo primero que echo en falta respecto a sus hermanos, es que el cable no tiene conexión extraíble, es decir, que el cable va soldado directamente al auricular, no es desmontable. En caso de fallo habría que operar, no basta con comprar un cable nuevo. Es precisamente la característica que implementaron en los AKG K141 Monitor y que, en la radio resultaba muy poco práctico, porque la batalla de diario hacía que esa clavija, «minicanon» desmontable que tenía, fallase constantemente. Recuerdo que cuando llegaban los auriculares de fábrica, sin estrenarlos, los desmontábamos y reforzábamos las soldaduras para que no diesen problemas. Duraban años, antes de vez en cuando tuviéramos que volver a arreglarlos. Sin embargo, con esa clavijita, la avería estaba asegurada, sólo era cuestión de meses. Ahora, en los AKG K612 Pro, pensados para el estudio, donde se les da un uso mucho más cuidadoso, «se les olvida» poner esta característica, que sería toda una comodidad.
Grandes, ligeros y cómodos, para muchas horas de trabajo seguidas
Los auriculares son claramente diferentes en tamaño. Los AKG K612 Pro tienen sitio de sobra para cubrir la oreja completa, con lo que todo el peso y la presión de la diadema descansa sobre el cráneo y no sobre los pabellones auditivos. Además, son extraordinariamente ligeros. 311 gramos, tan sólo 60 gramos más que los AKG K141 Monitor. Teniendo en cuenta que el tamaño de los AKG K612 Pro es mucho mayor, da la sensación de que sean mucho más ligeros, comparativamente. Tengamos en cuenta también que el cable de éstos últimos es más largo.
Monitores abiertos… depende de para quién
Auriculares de referencia abiertos… bien, no siempre es una buena idea. Los auriculares abiertos tienen la ventaja de ofrecer un sonido natural en todos los sentidos, porque la señal que nos esté dando se estará mezclando con el entorno, de manera que conseguiremos una referencia mucho más realista que si tenemos unos auriculares cerrados. Aunque los monitores cerrados nos ofrezcan gran fidelidad en el sonido, siempre será algo artificial, porque nos ofrece la señal dentro de una cámara cerrada, insonorizada. La realidad es que la diferencia entre lo que puedan ofrecer unos auriculares cerrados con la propia realidad es mínima. Por otra parte, el hecho de que sean cerrados ayuda a que nos podamos concentrar más en la producción sonora.
La desventaja principal de que sean unos auriculares abiertos es que para poder usarlos cómodamente debe hacerse en un entorno controlado, insonorizado, por no decir que debe ser en un estudio profesional. Es interesante el aspecto de que al ser abiertos no es necesario quitárselos para hablar con otra persona que esté presente en la cabina.
Ligeros y abiertos… ¿realmente los llevo puestos?
Bien, aquí viene la parte más interesante de los auriculares, por lo que me alegro de tenerlos cada día. Si combinamos el hecho de que sean abiertos con el hecho de que sean ligeros, obtenemos unos auriculares de los que muchas veces te olvidas. Tus sentidos te están diciendo que no hay nada pesado en la cabeza y además oyes perfectamente el entorno exterior. Esto hace que puedas seguir monitoreando durante un tiempo indefinido, sin que te quejes de que los llevas puestos. Es una experiencia fantástica.
Almohadillas aterciopeladas
Lo que mejora la experiencia definitivamente es la suavidad de sus almohadillas, completamente aterciopeladas, con un tacto que se vuelve casi imperceptible cuando los llevas durante un rato. Nada que ver con los AKG K141 Monitor, con almohadillas de polipiel; éstas eran poco transpirables y te hacían sudar las orejas hasta el punto de que te goteaba el sudor sobre el cuello. No era nada higiénico y, en verano, nada cómodo. Ahora, con los AKG K612 Pro las orejas están aireadas en todo momento y el terciopelo se mantiene lejos de los pabellones y los lóbulos. Nunca he visto algo tan cómodo. Eso sí, al principio son un poco rígidas, pero se van ablandando con el tiempo, alcanzando la suavidad y ternura necesarias para una experiencia sin igual.
Una diadema duradera
Donde sí que han aplicado cuero es en la diadema, lo que la hace flexible y duradera. Además la han hecho muy ancha, de manera que el peso de los auriculares se distribuye sobre una superficie mucho más grande en el cráneo y contribuye en esta experiencia de comodidad de la que hablábamos antes. Por otra parte, han combinado el cuero con aluminio para que las partes rígidas se mantengan inamovibles, incluso ante los golpes, pero sin aumentar el peso de la estructura.
Otra de las características que ha heredado de los modelos de alta gama es el mecanismo de diadema autoajustable que caracteriza a los auriculares AKG. Sin duda, estos auriculares han sido construidos para durar.
Su talón de Aquiles
Una de las cosas de las que peca AKG es de la débil soldadura que aplica sobre sus auriculares. Todos los que he tenido en mis manos, con el paso del tiempo, especialmente con los golpes, hacen que las soldaduras internas salten constantemente. Pensaba que con un modelo superior como los AKG K612Pro sería distinto, pero me equivoqué. Al cabo de dos semanas de tenerlos en mis manos uno de los canales empezó a fallar y tuve que pedir que me los sustituyeran. Es extraño, pero he llegado a la conclusión de que todo esto pasa porque simplemente están mal diseñados.
Los auriculares AKG, a diferencia de sus competidores, usan un sistema basculante de dos ejes, de manera que el auricular puede adaptarse a cualquier cabeza, sin necesidad de tener articulaciones exteriores en la diadema. Esto está muy bien, porque fortalece la parte exterior del auricular. Sin embargo, el cable que llega a la membrana, por la parte interior, es muy fino, poco flexible y está conectado con una soldadura pequeñísima. Unos cuantos movimientos naturales en la articulación del auricular puede ser suficiente para que la soldadura salte. Ni te cuento si sufre algún golpe accidental. Es decir, el propio comportamiento orgánico del auricular, sin forzarlo, destruye otra parte del mismo. Eso es síntoma de un mal diseño. No sé qué clase de pruebas de resistencia hicieron, pero las mías, después de quince años, son concluyentes: hay que mejorar el diseño de articulación-soldadura.
Mi propuesta para mejorar el modelo es la siguiente: Lo que he hecho ha sido desmontarlos y «anclar» el cable al espadín del auricular. Sí, literalmente lo he «atado», dándole varias vueltas al hilo de cobre entorno al espadín del auricular y luego lo he bañado en estaño de alta calidad. Desde entonces no me ha dado ni un sólo problema. Era una avería típica también en los AKG K601 Pro, los antecesores de los AKG K612 Pro.
Construcción robusta, acabado simple
Los auriculares son más baratos que sus hermanos mayores y eso se tiene que notar, no sólo en el embalaje, sino también en los acabados. Por eso, los auriculares están construidos completamente en plástico, teniendo el detalle de hacer una imitación a cromado en el alvéolo de cada uno y un perfil en la parte exterior. Pero se nota que no son de alta calidad.
Como ya hemos dicho antes, el cable no se desmonta, pero tiene una extensión de unos 3 metros y una clavija jack de 3,5 mm bañada e oro, lo que también es de agradecer.
Tecnología y patentes para dar y tomar
Muchas veces pensamos que los auriculares son un componente, algo sencillo, que constan de una bobina y una membrana. Sin embargo, en AKG se toman muy en serio sus productos para los oídos profesionales y han ido evolucionando. Hace un tiempo patentaron lo que llaman AKG Varimotion. Los AKG K612 Pro son el modelo más económico que incluye esta tecnología de diafragma de 2 capas, con lo que es una buena manera de iniciarse para saber si nos gusta esta modificación, sin necesidad de comprar unos superiores.
¿Cómo suenan?
El principal inconveniente que veo a estos auriculares, quizá por su amplio diámetro de membrana, es que son poco sensibles a las salidas de previos y tarjetas de sonido, por lo que en determinados casos puede ser necesario un amplificador de auriculares. Una opción como amplificador puede ser un HiFiMan – EF-2A Tube Hybrid Headphone Amp.
Tiene un sonido liso, detallado y transparente. Es un sonido lineal, natural, que revela imágenes mentales precisas y con la agradecida característica de que no causan fatiga en el oído. Tiene un sonido muy bien equilibrado, ideal para la analítica musical.
Una de las cosas que más me impresiona es la proyección de imagen que ofrecen. Uno tiene la sensación de saber exactamente dónde están los instrumentos. Respeta los timbres de cada uno, la calidez de las voces o los brillos en los sonidos metálicos. Es una imagen exacta y precisa. A pesar de ser unos auriculares abiertos y muy neutrales, permiten que los graves suenen con profundidad, con una gran presencia e impacto.
Es interesante ver cómo responde a los agudos, revelando los problemas que pueda haber en las grabaciones. Es posible que sature un poco en frecuencias cercanas a los 3 Khz.
Las cifras técnicas
Hay algunas variaciones respecto a sus antecesores. De acuerdo a la hoja técnica, la frecuencia de corte inferior llega hasta los 12 Hz, en comparación con los 10 Hz de su antecesor, aunque en estos extremos no podremos notarlo, porque se encuentra fuera del rango del oído humano. El límite superior de frecuencia se mueve de 39,8 kHz a 39,5 Hz también muy lejos del alcance del oído humano y por lo tanto, también irrelevante en la práctica.
Sin embargo, los AKG K612 Pro tienen 120 ohmios de impedancia, ligeramente más alta que la mayoría de los de su competencia en este rango de precios. La presión del sonido es de 101dB SPL / V y la capacidad de carga nominal de 200 mW. En resumen, se puede decir, que cumplen los requisitos para aplicaciones de estudio profesionales, como auriculares abiertos.
Conclusión
Después de un año con ellos estoy contento por la compra realizada y no tengo planes de renovarlos. Para el precio que tienen ofrecen una muy buena fidelidad en el sonido. Ideal para tener una referencia bastante natural de la producción sonora que estemos tratando. Faltan algunos detalles que bien podríamos encontrar en sus hermanos superiores, pero que triplican su precio. Es una buena inversión. No tiene un precio demasiado elevado. Además, nos hacemos con unos auriculares que pueden satisfacer prácticamente las necesidades de cualquier profesional del sonido. Son ideales para los que busquen unos buenos monitores abiertos y duraderos.
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