La mejor calidad de audio en un podcast es la que no se nota
Cuando hablamos de calidad de audio en un podcast podemos encontrar en Internet un gran debate.
En un extremo nos encontramos con los puristas que abogan por un equipo de miles de euros, de modo que la calidad de audio en en podcast sea suprema.
En el otro extremo nos encontramos con podcasters que abogan por una buena idea, sin tener en cuenta las condiciones técnicas. Es decir, que para ellos lo importante es lo que se dice, no cómo se oye.
Y en medio encontramos podcasters que solo quieren divertirse, sin tener en cuenta ni una cosa ni la otra. ¿Cuál es la postura correcta?
Bien, déjame decirte que el mensaje es muy importante, pero también lo es la calidad del sonido. Puedes crear un muy buen mensaje, pero si tu podcast no tiene una buena calidad de audio va a resultar molesto para la audiencia. Al final terminarán por abandonar tu podcast, causando un gran impacto en el churn.
Por otro lado, tu podcast puede tener una excelente calidad de audio, pero si no tienes una buena idea que transmitir el podcast en sí no tendrá mucho valor. Así que un buen podcast consta de un buen mensaje, pero también de una buena calidad de sonido.
Pero, ¿cuánta calidad de audio es suficiente? ¿Realmente necesitamos un equipo de miles de dólares para que suene bien? Esta es la respuesta:
La calidad de audio en un podcast es ideal cuando la audiencia no piensa en ella
Isaac Baltanás
Es así de simple.
La calidad de audio ideal en un podcast ideal es cuando el oyente no piensa en ella
Vamos a hacernos la pregunta de nuevo: ¿cuánta calidad de audio es suficiente? Pues la necesaria para que la audiencia pueda centrarse en el mensaje sin dificultad, sin pensar que esto suena bien, suena mal o suena peor. Es decir que la técnica no es que tenga que ser buena o mala, sino que debe permanecer invisible al escuchante. Nada más. Esto es todo. El escuchante debe pensar en el mensaje, no en si hoy se escucha mejor o peor.
¿Y cómo se consigue esto? Manteniendo un mismo perfil de audio.
